Los beneficios de los reajustes automáticos de carteras (II)

Los reajustes automáticos son, junto con la diversificación global y las bajas comisiones, una de las principales señas de identidad de la gestión de Indexa. Los reajustes automáticos se encargan de que siempre tengas tu cartera muy ajustada a tu perfil de inversión. De esta forma, vende los fondos que han subido y compra los fondos que han caído, en términos relativos. En esta última crisis bursátil de la COVID-19, se realizaron miles de traspasos desde bonos hacia acciones, ya que las acciones estaban cayendo con fuerza y por tanto pasaban a tener un peso demasiado bajo en las carteras.

Hace 3 años y medio escribimos el artículo “Los beneficios de los reajustes automáticos de carteras” en el cual detallábamos el análisis hecho por David F. Swensen, conocido inversor y actual director de inversiones de la universidad de Yale, en su libro “Unconventional Success, A Fundamental Approach to Personal Investment. En este análisis concluíamos que se podía obtener un 0,4% de rentabilidad anual adicional, reajustando periódicamente las inversiones y manteniéndote en tu perfil máximo de riesgo.

Tras haber pasado ya por un ciclo completo de subidas y bajadas desde el lanzamiento de Indexa hace cuatro años y medio, es un buen momento para realizar un análisis de la diferencia de rentabilidad y riesgo históricos que hubiera obtenido un inversor en una cartera de Indexa, reajustando y sin reajustar.

Las hipótesis

Asumimos que el inversor tiene la cartera 6/10 de Indexa desde el 31/12/2015 al 10/07/2020. La composición es la siguiente (hacemos la simulación con los fondos de la clase institutional, aunque desde mayo 2020 tenemos acceso a los fondos de la clase institucional Plus de Vanguard):

  • 26% Vanguard US 500 Stk Idx Eur -Ins (IE0032126645)
  • 13% Vanguard European Stk Idx Eur -Ins (IE0007987708)
  • 5% Vanguard Japan Stk Idx Eur -Ins (IE0007286036)
  • 8% Vanguard Emrg Mk Stk Idx Eur -Ins (IE0031786696)
  • 9% Vanguard Euro Inv Gr Bnd Idx Eur -Ins (IE00B04FFJ44)
  • 16% Vanguard Eur Gv Bnd Idx -Ins (IE0007472990)
  • 23% Vanguard Euroz Inf Lk Bnd Idx -Ins (IE00B04GQR24)

En el caso de reajuste automático asumimos que el reajuste se realiza mensualmente (las aportaciones mensuales periódicas que realizan muchos inversores reajustan también las carteras ya que siempre se suscribe más de los fondos que están más debajo de su peso objetivo) y en el caso de no reajustar se deja que la compra inicial siga la evolución del mercado.

Por simplicidad, como estamos interesados en la comparación entre ambas opciones más que en la rentabilidad absoluta, en ambos casos suponemos que no hay ni comisión de gestión ni de custodia porque no afectan a la comparativa.

El resultado

El primer efecto de no reajustar las carteras es que el peso real de la cartera en acciones diferiría del peso objetivo que es 52%.


Como se puede observar en el gráfico, el peso en acciones de las carteras sin reajustes varía desde un mínimo de 50% en los primeros meses de 2016 hasta un máximo de 60% justo antes de la irrupción de la crisis bursátil de la COVID-19. Sin haber reajustado hubiéramos entrado en la crisis bursátil con un peso en acciones 8 puntos porcentuales por encima del peso del perfil.

El efecto de esto es que necesariamente el riesgo de la cartera sin reajustar va a ser mayor. Para esta muestra, la volatilidad de la cartera con reajustes es de 10,9% mientras que la volatilidad de la cartera sin reajustes es de 11,7%, 0,8 puntos porcentuales más (la volatilidad es una medición del riesgo).

El efecto en la rentabilidad depende de la muestra. Si escogemos un periodo donde las acciones están en máximos históricos, probablemente la estrategia de no reajustar hubiera obtenido una mayor rentabilidad que la cartera reajustada. En el gráfico a continuación podemos observar la evolución de 100€ invertidos en cada una de las dos opciones (con y sin reajustes):

Se puede observar que la evolución ha sido muy similar hasta justo antes de la última crisis, cuando la cartera sin reajustar ha caído con más fuerza (por tener más riesgo) que la cartera reajustada, lo cual ha hecho que la rentabilidad de la cartera con reajustes sea un 0,3% anual superior (5,3% vs. 5,6%). Como consecuencia, el ratio de Sharpe (ratio de rentabilidad por riego) es superior en el caso de la cartera con reajustes. El resumen de datos es el siguiente:

Con reajustes
(52% acciones)
Sin reajustes Diferencia
Rentabilidad anual 5,6% 5,3% 0,3%
Volatilidad 10,9% 11,7% -0,8%
Sharpe 0,51 0,45 0,06

La crítica obvia que se puede hacer a este análisis es la muestra: como no estamos en máximos históricos, el reajuste sale mejor, pero ¿qué ocurriría con otra muestra? Para responder a este comentario es importante no olvidar la principal ventaja del reajuste automático: reducir el riesgo. Podemos realizar una comparativa de una cartera que mantenga el peso máximo que llega a tener la cartera sin reajustes de esta muestra (60%) y comparar. El resultado es el siguiente:

En este caso el riesgo medido por volatilidad es algo superior (ya que los primeros años la cartera con reajustes está invertida al 60% mientras que la cartera sin reajustes empieza al 52%), pero la mayor rentabilidad obtenida (un 0,7% anual) compensa ampliamente este mayor riesgo. De esta forma, el ratio de Sharpe pasa de 0,45 a 0,49.

Con reajustes
(60% acciones)
Sin reajustes Diferencia
Rentabilidad anual 6,0% 5,3% 0,7%
Volatilidad 12,2% 11,7% 0,4%
Sharpe 0,49 0,45 0,04

Conclusión

En este ejercicio de simulación hemos querido mostrar con una cartera de Indexa, la diferencia de reajustar y no reajustar tu cartera. La principal ventaja de realizar reajustes periódicos es que el riesgo de tu cartera se reduce lo cual te permite invertir siempre en el mayor peso de acciones compatible con tu perfil, y no solo hacerlo cuando las acciones han subido.

En nuestro ejercicio, vemos que la rentabilidad que proporciona reajustar es un +0,7% anual, superior al dato de +0,4% obtenido por Swensen. Es muy difícil estimar este dato a largo plazo, pero no hay duda de que controlar automáticamente el riesgo de tu cartera te permitirá invertir en un perfil con más riesgo y por tanto obtener más rentabilidad a largo plazo.

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